Dolores de cabeza, picazón en los ojos y dificultad para respirar son algunos síntomas que padecen desde hace varios días pobladores del oriente boliviano debido a este siniestro, que ya arrasó con más de 3,8 millones de hectáreas y amenaza con destruir cientos de viviendas.
En la comunidad de San Miguelito Sur, a 309 kilómetros de la ciudad de Santa Cruz, las personas afirman que desde el lunes apenas han visto los rayos del sol a través de la espesa humareda de un incendio cercano, mientras que bomberos y voluntarios pelean a diario para mantener alejadas las llamas de las casas.
“El cambio de viento es muy fuerte, en algunos lugares el fuego está pasando las líneas de defensa” indicó Juan Leaños, un bombero forestal que batalla con los incendios desde hace varias semanas.
Leaños agregó que los socorristas tratan de mantener a la comunidad protegida, pero que el fuego avanzó tanto que ya consumió seis casas de madera donde vivían varias familias, pero ninguna persona resultó herida.
Incendios activos
Solo en Santa Cruz, que es la región más grande de Bolivia, hay 74 incendios activos, y hasta la fecha más de 703 familias fueron afectadas y 21 viviendas quedaron calcinadas, según información de la Gobernación.
“Toda ayuda es indispensable, desde una botella de agua, hasta personas voluntarias que nos ayuden en la línea de fuego” enfatizó Leaños.
Después de que se controlan las llamas, a los bomberos les sigue el extenuante trabajo de sofocar cualquier resquicio de fuego, con palas y azadones golpean el pastizal para evitar que alguna chispa caiga en pasto seco y reavive el fuego.
“Santa Cruz ha pasado de ser un paraíso a ser un infierno”, manifestó esta jornada a medios locales Jhonny Rojas, el coordinador de operaciones de emergencia del departamento.
Rojas estimó que tan solo en las áreas protegidas, que albergan una gran parte de la biodiversidad del país, se han consumido más de 3 millones de hectáreas de bosque.
Para las organizaciones ambientalistas bolivianas el daño a la fauna ya es irreversible, mientras los bomberos tratan de rescatar a los pocos animales que sobreviven al fuego, como el caso de una iguana overo que encontraron militares con las patas y cola quemadas en San Miguelito Sur y fue mandada a un refugio para su rehabilitación.
Una crisis regional
El humo de la Amazonia y Chiquitania de Bolivia llegó a varias ciudades del país, como Cochabamba y La Paz, en donde la calidad del aire ha sido calificada de “muy mala calidad” esta semana, obligando a los centros educativos a cancelar sus actividades para proteger la salud de sus alumnos.
Brasil y Paraguay también registran grandes incendios, lo que ha provocado una crisis regional que afecta incluso a Argentina con la llegada del humo a su territorio.
Según datos del Instituto Brasileño de Investigación Espacial, en Suramérica hay este miércoles 7.821 incendios forestales activos, siendo Bolivia el país más afectado, con 3.749 focos de incendio, seguido de Brasil con 2.909.
Por la crisis ambiental, expertos de Chile y Brasil ya se encuentran trabajando en el país andino en una estrategia de combate contra los incendios, y también se espera la llegada de especialistas de Francia en los próximos días.
Ambientalistas bolivianos temen que de no actuarse rápido contra los incendios, este año se pueda sufrir una crisis peor a la de 2019 cuando 5,3 millones de hectáreas de bosque fueron devastadas.
Con información de la agencia EFE