#31: Nivel básico, el cuento de “Los tres chanchitos”

Hoy quiero hacer una introducción muy breve y pasar directamente al contenido. Como ya sabrás, en esta nueva temporada incluimos la literatura como un valioso recurso para la práctica y el aprendizaje del Español, de una manera que sea natural y entretenida, como bien dice nuestra cortina del programa. Si querés saber más acerca de esto que te comento, te recomiendo que repases nuestros capítulos 28 y 29.

Tras la cortina vendrá una brevísima introducción al libro y su contenido. Es cortito, porque en realidad se trata de un solo cuento. Fue mi primera publicación y era una especie de prueba, pero finalmente y para mi sorpresa, se vendió muy bien. Acá te lo dejo para que lo disfrutes vos también.

Te recuerdo que si te gusta, podés ver esta y muchas otras publicaciones de mayor volumen y también de otros niveles en nuestra página web. Ahí también vas a poder acceder a todo el contenido por tan solo un dólar. Te agradecería de corazón si me dejás un like y te suscribís al canal si no lo has hecho. Como siempre, podés encontrar todos los links en la descripción del programa. ¡Qué lo disfrutes!

— Cortina —

Introducción

Hoy te presentamos “Los Tres Chanchitos”, un clásico de la literatura infantil cuyo autor es desconocido, ya que se trata de una fábula que comenzó a circular en el siglo XIX, pero cuyos orígenes podrían remontarse mucho más atrás en el tiempo.

También conocidos como “Los Tres Puercos” o “Los Tres Cochinitos”, se trata de una historia con animales con características humanas, que con sus diferentes actitudes, dejan una enseñanza básica y universal: el esfuerzo y hacer las cosas bien desde un inicio, es sin duda, la idea más inteligente y segura.

Su éxito mundial, sin embargo, llegó de la mano de Walt Disney, en 1933, en formato de dibujo animado.

Cuento: “Los tres chanchitos”

Había una vez tres chanchitos, que eran hermanos y vivían en el bosque. Como el malvado lobo siempre los estaba persiguiendo para comérselos, un día el mayor dijo:

  • Tenemos que hacer cada uno una casa para protegernos del lobo. Así podremos escondernos dentro de ella cada vez que aparezca por aquí.

A los otros dos les pareció muy buena idea, pero no se ponían de acuerdo respecto a qué material utilizar. Al final, y para no discutir, decidieron que cada uno la hiciera de la manera que más les gustara.

El más pequeño de todos, optó por utilizar paja, para no tardar tanto tiempo y poder irse a jugar lo más rápido posible.

El mediano, prefirió construirla de madera, que era más resistente que la paja y tampoco le llevaría mucho tiempo hacerla.

Pero el mayor pensó que, aunque tardara más, lo mejor era hacer una casa resistente y fuerte con ladrillos.

  • Además, así podré hacer una chimenea con la que calentarme en invierno – pensó el chanchito mayor.

Cuando los tres acabaron sus casas se metieron cada uno en la suya y entonces apareció el lobo.

Se dirigió a la de casa de paja, que había construido el chanchito menor y llamó a la puerta:

  • ¡Dale, chanchito! se bueno y déjame entrar… – dijo suavemente el lobo malvado, intentando engañar al cerdito.
  • ¡No! ¡De ninguna manera! ¡Sé que querés entrar y comerme! – respondió éste.
  • ¡Entonces voy a soplar y soplar, hasta la casa derribar! – gritó el lobo enfurecido.

Acto seguido, comenzó a soplar con todas sus fuerzas hasta que la débil casa finalmente se derrumbó. Desprotegido, el chanchito salió corriendo para refugiarse en la casa de su hermano del medio, que la había construido de madera.

  • ¡Sean buenos chanchitos, y dejenmé pasar!– dijo nuevamente el lobo
  • ¡No! ¡Eso ni pensarlo!, – respondieron los dos chanchitos a la misma vez
  • ¡Entonces voy a soplar y soplar, hasta la casa derribar! – alertó nuevamente el lobo.

Esta vez, al lobo se le hizo más complicado derribar la casa. Pero luego de varios minutos soplando, poco a poco las paredes comenzaron a caer. Los chanchitos, muertos de miedo, corrieron a la casa de su hermano mayor, quien la había construido de ladrillos.

Cuando el lobo llegó a la tercera casa, sin decir nada, comenzó a soplar con todas sus fuerzas, pero esta vez las paredes no se movían ni un poco.

Adentro, los tres chanchitos cantaban y se reían de felicidad, ya que se habían librado del aterrador lobo, gracias a que su hermano mayor había construido una casa muy resistente.
Afuera, cada vez más enfurecido, el lobo seguía soplando y soplando, hasta que se cansó y decidió parar a descansar un poco.

De pronto, notó que la casa tenía una chimenea.

  • ¡Ja! ¡Pensaban que iban a librarse de mí! ¡Subiré por la chimenea y me los comeré a los tres!- Pensó, lleno de esperanzas.

Pero los chanchitos lograron escuchar sus palabras desde adentro de la casa, y para darle su merecido, llenaron la chimenea de leña y pusieron al fuego una gran olla con agua.

Fue así, entonces, que cuando el lobo cayó por la chimenea, fue a parar directamente a la olla con agua hirviendo. Sorprendido, y gritando de dolor, se alejó rápidamente de la casa y no volvió a molestar a los tres chanchitos por mucho, mucho, tiempo.

FIN

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